Los niños superdotados sueles ser precoces o más adelantados a nivel de lenguaje y desarrollo motor. Gran parte de ellos tienen algún talento o aptitud innata para un área determinada, por ejemplo, las matemáticas; algunos son prodigios -como Mozart- ya que igualan la actuación de los adultos antes de los 10 años, y ninguno es un genio, porque, para serlo, hay que haber realizado una obra genial, una obra que permanezca en el tiempo.